Hablamos de la ansiedad social

¿Alguna vez has conocido a alguien que lo pasa muy mal al tener que hablar en público o al exponer su opinión en un grupo de amigos, o esto mismo te sucede a ti? Si es así, este post es para ti.

En personas adultas, algunas señales son, por ejemplo, incapacidad para mantener reuniones en el trabajo, o experimentar gran malestar al interactuar con alguien desconocido (por ejemplo, para hacer una gestión, una llamada telefónica…etc.). En niños más pequeños, algunas manifestaciones que pueden darnos el toque de alarma comienzan con no querer ir al colegio, rehuyendo de las quedadas sociales o simplemente no queriendo jugar con los demás en el patio. Sin embargo, ¿Qué es la ansiedad social y que síntomas son característicos?

La ansiedad social es un problema psicológico que se caracteriza por un miedo o ansiedad irracional que se da ante la posibilidad de ser evaluado socialmente. Según el DSM-V (libro de cabecera en el que los psicólogos nos apoyamos para diagnosticar los trastornos psicológicos), los criterios principales que forman parte de la ansiedad social son:

  1. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales (p. ej., mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (p. ej., comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras personas (p. ej., dar una charla). En los niños, la ansiedad se puede producir en las reuniones con individuos de su misma edad y no solamente en la interacción con los adultos.
  2. La persona tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).
  3. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad. Nota: En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en situaciones sociales.
  4. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.
  5. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
  6. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
  7. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Por otra parte, cuando una persona padece ansiedad social realiza conductas dirigidas a evitar ese malestar y esa ansiedad. Sin embargo, esas conductas se vuelven  mantenedores del problema e incluso lo acrecientan, ya que no afrontar la situación temida supone continuar creyendo que la interacción social va a ser un desastre o que vamos a ser criticados o evaluados negativamente continuamente (Para mas información consultar el post en el blog “¿qué es la evitación?” https://www.trobatpsicologia.com/que-es-la-evitacion/).

A continuación, os mostramos algunas conductas que suelen realizar las personas con ansiedad social y que mantienen el problema.

  • Conductas de Seguridad: Nos referimos a conductas que se realizan con el objetivo de tolerar las situaciones sociales de la mejor forma posible y disminuir el malestar que las situaciones provocan. Por ejemplo, hay personas que utilizan gafas de sol para que los demás no vean sus ojos, o cuando se expone públicamente agarran la mesa para que no se vean los posibles temblores, o incluso personas que piden a sus amigos que vayan a pedir en un bar para no tener que hacerlo ellos.
  • Conductas de evitación y de escape. Las conductas de evitación son aquellos comportamientos que están dirigidos a evitar totalmente las situaciones sociales. Por ejemplo, poner excusas para no acudir a una fiesta, no ir a clase, no hablar con los demás, no buscar trabajos que supongan interactuar con los demás etc. Por otro lado, las conductas de escape son aquellas que permiten a la persona huir de la situación social, por ejemplo, hacer que suena el teléfono cuando alguien se acerca a preguntar algo para no interactuar, decir a los amigos que no nos encontramos bien para irnos a casa, etc.
  • Aislamiento: Es una consecuencia de las conductas de escape y evitación. Interactuar con los demás es cada vez mas costoso y el hogar produce una sensación de “confort” y seguridad en el que el sujeto se siente cómodo porque no tiene que afrontar la interacción social. Se va organizando la rutina diaria para no tener que interactuar con los demás, realizando compras online, sacando la basura a horas mas tardías etc. lo que agrava mucho más el problema.
  • Percepción de amenaza. Se refiere a la percepción de las interacciones sociales como amenazantes. Los pensamientos y creencias negativas sobre las posibles consecuencias negativas de la interacción social se activan con tal intensidad que las personas creen que realmente eso que piensan va a suceder. Algunos pensamientos que mantienen la percepción de amenaza son: “me van a criticar”, “van a ver que me pongo nervioso/a y se van a reír de mi”, “seguro que digo alguna tontería”, “no les voy a caer bien”, “y si cuando les pregunto les estoy molestando” …

El tratamiento de la ansiedad social está dirigido a detectar estos mantenedores e irlos eliminando progresivamente para que la persona pueda afrontar cada situación y compruebe que aquello que piensa no se produce. En ocasiones, también se aplica un entrenamiento en habilidades sociales, con el objetivo de proporcionar herramientas destinadas a mejorar las interacciones sociales y generar seguridad en la persona.

Si tienes cualquier duda o crees que necesitas ayuda para afrontar esos miedos sociales. No dudes en contactar con nosotras estaremos encantadas de ayudarte.

 

 

 

Alba López Montoyo

Psicóloga general sanitaria Troba’t Psicologia