Reacciones comunes ante un duelo

El duelo es un proceso natural en el que las personas experimentamos tristeza, rabia… y, en general, sufrimiento por la pérdida de un ser querido. Este proceso se genera con el objetivo de adaptarnos a la pérdida, y consiste en un proceso de ambivalencia, de querer continuar con nuestra vida y, por otro lado, seguir funcionando como lo hacíamos con ese ser querido.

El duelo, también puede experimentarse cuando perdemos otras cosas como amistades, trabajos, atributos (belleza), lugares o momentos. Es un proceso necesario que no se puede negar, ni huir de él. Pero que, además, poco a poco nos permite adaptarnos a la nueva situación.

Las reacciones más comunes en el proceso de duelo, son sentimientos, conductas y pensamientos relacionados con el dolor, que se merman a medida que pasa el tiempo. Recordemos que es inevitable sentir dolor y no se recomienda suprimir ese sentimiento, ya que es necesario para la adaptación y gestión emocional de la pérdida experimentada. Además, nos va a proporcionar herramientas y estrategias para afrontar situaciones dolorosas y regular el malestar.

Entre las reacciones emocionales más comunes podemos destacar, la tristeza, la ansiedad, el enfado, la culpa, la rabia y soledad. A nivel cognitivo, destacamos dificultades para aceptarlo, confusión, ambivalencia, preocupación, incredulidad, sentido del futuro alterado e intentos por buscar un significado. Y en cuanto a conductas, solemos llevar objetos que nos recuerden a la persona, llorar, problemas de sueño y apetito, visitar lugares y/o evitar lugares relacionados etc.

Sin embargo, el proceso de duelo no sigue una progresión lineal, sino que es como una montaña rusa, con altibajos, con días mejores y días peores. A medida que el tiempo avanza y vamos procesando la pérdida, esos altibajos se van reduciendo progresivamente, pero el tiempo de cada persona es individual. Además, aceptar y elaborar la perdida, supone tiempo, energía y esfuerzo.

Lo habitual en el proceso de duelo es que la persona oscile entre el funcionamiento orientado a la pérdida (por ejemplo, ir al cementerio, ver fotos de la persona, llorar, hablar de ella, etc.) y el funcionamiento orientado a la reconstrucción. Esto es, aquellos momentos en los que nos alejamos de los eventos relacionados con la persona fallecida, para así reestablecer relaciones satisfactorias y volver a las actividades de la vida diaria. Ambos tipos de funcionamiento son necesarios para una buena integración del duelo, y de la pérdida. El anhelo y la búsqueda de la persona fallecida, así como la intensidad del dolor relacionado con la pérdida descienden cuando la pérdida se integrado. Es entonces cuando hablamos de que se está realizando un procesamiento del duelo exitoso.

Recuerda que no estás solo/a todos experimentamos en varios momentos de nuestra vida diferentes tipos de duelo, ya sea de seres queridos o de otros elementos. Todos/as pasamos por este proceso y eso, es algo que nos une como seres humanos, todos sufrimos en algún momento. Por ello, si estas en un proceso así y necesitas ayuda, no dudes en contactar con nosotras, te ayudaremos encantadas.

 

Alba López Montoyo

Psicóloga General Sanitaria de Troba’t Psicologia