Niños hiperregalados

Sabemos que la navidad es una época en la que nos encanta hacer y recibir regalos. Sin embargo, los grandes protagonistas son los niños y las niñas, quiénes esperan esta época con ilusión y entusiasmo, en parte, por los regalos que les traen los Reyes Magos y Papá Noel. Pero, ¿Cuántos regalos es recomendable hacer?, ¿Cuáles son las posibles consecuencias? ¿Y si les damos todo lo que pidan, estarán más contentos? Muchas son las preguntas que les surgen a los padres.

 En realidad, no por dar más nuestros hijos/as van a estar más felices, sino todo lo contrario. Se ha visto que dar a los niños todo lo que piden en estas fechas, lleva a desarrollar presentes y futuras consecuencias negativas. Entre ellas queremos destacar las siguientes: 

  • Frustración. Los niños se frustran cuándo reciben muchos regalos, sobretodo, si algunos de ellos no los han pedido o no eran lo que esperaban. Además, cuando hacemos demasiados regalos puede llegar un momento en el que la cantidad no les satisfaga produciendo poca tolerancia a la frustración.
  • Egoísmo y capricho. También se ha visto que a los niños que se les da mucho, se vuelven más egoístas y caprichosos en el futuro. Exigiendo largas listas de juguetes.
  • Pérdida de valor a los regalos. Además, el valor y la ilusión que generan los regalos se pierde, convirtiéndose en niños materialistas y quitando el valor emocional que estas fechas y los regalos producen.
  • No esfuerzo para conseguir «premios». Es cierto, que si ven que pueden conseguir aquello que quieren en fechas señaladas, no se van a esforzar en portarse bien, estudiar, y sacar buenas notas ya que no van a relacionar los regalos con el esfuerzo que han realizado durante el año.
  • Aumento de los enfados y/o rabietas. Cuando a nuestros hijos/as no les han parecido suficientes los regalos, o no les han gustado, esto produce enfados y rabietas que pueden estropear el momento y la ilusión de abrir los regalos.
  • Falta de concentración y disfrute de los mismos. Al tener tantos regalos que abrir y con los que jugar, los mas pequeños no saben en qué concentrarse y prestar atención, están nerviosos y sobreexcitados, lo que supone un menor disfrute de los juguetes. De esta forma, conseguimos el efecto contrario al deseado.
  • Pérdida de ilusión. Cuando suelen conseguir aquello que quieren año tras año, la ilusión se acaba perdiendo debido a la facilidad para conseguir los regalos, además de la anticipación a ese momento, lo que también les lleva a la sobreexcitación.

A continuación, os proponemos recomendaciones para no caer en los hiperregalos:

– Pedir 4 regalos: La famosa norma de los cuatro regalos supone una combinación perfecta para tener a raya los deseos de los niños, enseñarles a medir lo que piden y ayudarles a tolerar la frustración. Esta norma refiere lo siguiente:

  • Un regalo relacionado con una prenda de ropa (pijama, abrigo, bufanda etc).
  • Un regalo relacionado con algo que necesiten (una mochila nueva, un cepillo de dientes etc.)
  • Un regalo relacionado con algo que desee mucho (Por ejemplo, un juguete).
  • Y, un regalo que tenga finalidad relacionada con el aprendizaje (un instrumento, un libro, un puzzle etc.)
  • Para niños un poquito más mayores se pueden añadir dos más. Por ejemplo, elegir un regalo para otro y un regalo no material (marco con fotos, ir al teatro o al cine, algo más experiencial).

– Algo esencial, es pasar tiempo de calidad con nuestros hijos/as. Jugar con ellos y disfrutar juntos de estas fechas. Es cierto que muchos papás y mamás trabajan muchas horas y, a veces, esta falta de tiempo se compensa con regalos. Pues bien, la Navidad es un muy buen momento para pasar ese tiempo con nuestros hijos/as que tanto nos demandan en el día a día. Ellos valorarán más ese tiempo con nosotros que un millón de regalos. El amor de unos padres no se suple con regalos materiales.

– Finalmente, se puede aprovechar este tiempo para inculcar valores como la solidaridad, la generosidad, la gratitud y la empatía. En primer lugar, porque vamos a pasar más tiempo con los nuestros y eso puede favorecer qué compartan los regalos con sus hermanos/as, primos/as… que sean agradecidos con sus abuelos/as, padres/madres, tios/tías e incluso que ellos sean generosos con los demás. En segundo lugar, porque los regalos son para divertirnos todos/as y poder mantener la ilusión por la Navidad.

 

 

Alba Lopez

Psicóloga Troba’t Psicologia