Miedos infantiles. ¿Qué son y cómo gestionarlos?

Hoy queremos presentar la emoción de miedo, específicamente, cómo los niños/as viven esta emoción y qué elementos suelen despertarla a esa edad.

En los niños/as, el miedo constituye un sistema primitivo de alarma que les ayuda a evitar situaciones potencialmente peligrosas. Las situaciones temidas varían con la edad. El desarrollo biológico, psicológico y social, propio de las diferentes etapas evolutivas (infancia, adolescencia, etc.), explica la reducción de unos miedos y la aparición de otros nuevos para adaptarse a las cambiantes demandas del medio. (Mendez et al. 2005).

Entre los miedos más comunes que se observan a lo largo del desarrollo de los niños/as destacan:

  • Miedo a la oscuridad
  • Miedos relacionados con peligros (caerse o hacerse daño, que un ladrón entre en casa, fuego…)
  • Miedos relacionados con la muerte (muerte y catástrofes)
  • Miedo a los animales
  • Miedo al médico
  • Miedo a seres fantásticos como a los fantasmas, monstruos o brujas.

A continuación, os presentamos algunas pautas que podemos realizar para acoger el miedo de nuestros hijos/as y ayudarles a generar estrategias de afrontamiento y gestión del miedo.

  • Permitir que el niño/a exprese su emoción y validarla. Transmitir que es lógico que sienta miedo y que puede afrontarlo. Además, el afrontamiento se puede realizar conjuntamente (acompañamiento).
  • Mostrar protección y afecto.
  • Explicar que el miedo, aunque es desagradable, también es adaptativo. Le ayuda a preparase para afrontar la situación.
  • Normalizar el tipo de miedo, sin quitarle importancia. Su sufrimiento es real. Por ejemplo, podemos contarle nuestros miedos a su edad y como los afrontamos.
  • Fomentar conductas de autonomía gradualmente. Para que el niño/a vea que también puede afrontarlo solo/a.
  • Reforzar las conductas de afrontamiento que hace el niño/a, transmitiéndole confianza para superarlo.

Los miedos infantiles son evolutivos y, por tanto, se pueden manejar adecuadamente gracias a las pautas descritas, y al propio desarrollo infantil. Sin embargo, si la experiencia de tu niño/a esta siendo de evitación y no se están poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento, este miedo puede evolucionar hasta convertirse en una fobia.

 ¿Cómo detectar una posible fobia y la necesidad de acudir a un profesional?

  • Cuando el miedo es excesivo e irracional.
  • Se prolonga en el tiempo y se va generalizando a otras situaciones similares.
  • A pesar de los esfuerzos para superar ese miedo, no se observa mejoría significativa.
  • El niño/a evita todo aquello relacionado con el estímulo temido y estímulos similares.
  • La reacción de nuestro hijo/a puede ser desproporcionada, a través del llanto, rabietas, o incluso bloqueo.
  • Puede aparecer algún ritual que le ayuda a aliviar ese miedo o malestar.
  • Esa situación y el miedo que le genera, le produce un importante malestar que comienza a interferirle en su día a día (menor rendimiento académico, estado de ánimo ansioso o depresivo, tensión, irritabilidad etc.)

¿Cómo actuará el profesional ante una posible fobia específica?

En primer lugar, se realizará una evaluación exhaustiva con el objetivo de detectar pensamientos, sensaciones físicas y situaciones, que generan miedo y que están siendo evitadas (situaciones problema), así como síntomas relacionados con el estado de ánimo.

Una vez se ha confirmado la existencia de una fobia específica, el profesional establecerá un plan de tratamiento, para trabajar conjuntamente con los padres y el niño/a. La intervención irá dirigida principalmente a comprender y normalizar el papel de las emociones (en especial la emoción de miedo), proporcionar técnicas de relajación, trabajar con los pensamientos distorsionados que están activando ese miedo, y por último establecer un programa de exposición gradual al estímulo temido

Por supuesto, hay que tener en cuenta la existencia de diferencias individuales. Por ello, será el profesional quien tras la evaluación decida como adaptar e individualizar este tratamiento, es decir, qué elementos deben componerlo y de qué manera se va a poner en marcha.

Cualquier duda que te haya podido surgir tanto sobre el tratamiento como sobre las características de los miedos infantiles, no dudes en ponerte en contacto con nosotras a través de nuestro correo electrónico o número de teléfono, estaremos encantadas de asesorarte.

 

Alba López Montoyo

Psicóloga general sanitaria TROBA’T PSICOLOGIA