Ha llegado septiembre y los colegios vuelven abrir sus puertas. Las aulas infantiles como cada año se llenarán de lágrimas. Tanto por los niños/as que se enfrentan por primera vez al inicio de la escolarización como los que ya iban y ven como su rutina se altera. Para algunos puede suponer un gran reto. Es necesario un período de adaptación, que suele durar el primer mes de la entrada al colegio, aunque hay niños/as que tardan más tiempo en adaptarse. Por eso está en manos de las familias ayudarles a afrontarlo.
El período de adaptación es la transición por la que pasa el bebé o el/la niño/a teniendo que adaptarse a un nuevo entorno desconocido, teniendo que abandonar su entorno que le proporcionaba seguridad y confianza. Esta adaptación debe ser gradual, ya que para el/la niño/a es un cambio significativo, deberá separarse de aquellas personas con las que convive (padres o cuidadores principales), de quiénes recibía muchas atenciones y compartía un vínculo afectivo esencial.
Las primeras semanas tras el regreso…como los niños/as no saben gestionar las emociones se pueden dar multitud de reacciones:
Un/a niño/a que realiza un período de adaptación satisfactorio, estará seguro en el colegio. Se adaptará a las nuevas normas y rutinas, y su proceso de aprendizaje será óptimo.
Estos días debemos conectar con los niños/as más que nunca, escuchándolos, dándoles cariño, para facilitar así el nuevo cambio que se está produciendo. Sobre todo mucha paciencia. No debemos dejar nada sin explicarles, ya que ellos llevan muy mal los cambios. Algunas pautas a seguir son:
Poco a poco, se irá normalizando. El/la niño/a se dará cuenta de las ventajas de la nueva situación. Para ellos les supone la adquisición y afianzamiento de su autonomía personal. A la vez que se van relacionando como seres sociales que son, a través de la interacción con sus iguales. Esto son pilares básicos para la estructuración de su personalidad.
¡Mucho ánimo en esta nueva etapa!
Sandra Castillo Villalba
Psicóloga educativa Troba’t Psicologia